El otoño es conocido, es la época en que los pescadores se reapropian de las playas, y los nadadores que ahora están lejos, agitando la arena, han facilitado el acercamiento de presas en busca de alimento, que ahora encuentran un fondo más suave y fructífero.
Aprendemos cómo aprovechar al máximo este momento mágico, esperando las frías noches de puro surf, que le dan tanto encanto a esta disciplina.
Podemos divertirnos dedicándonos a la captura de presas de superficie, como las agujas de mar y las palometas, pero también herreras y otros hozadores, sin descuidar las presas de gran tamaño.
En el mar en calma usaremos cañas ligeras de tipo beach, de 80-120 gramos con carretes de talla 4000-6000 cargados con uno 0.23-0.26 mm, y anzuelos de 12-14.
La acción de pesca se lleva a cabo durante el día y, por lo tanto, estaremos obligados a utilizar el fluorocarbono tanto para la construcción de los bajos como para los finales, a fin de ser menos visibles y producir vibraciones que no sean demasiado molestas.
En caso de que consigamos capturar una presa de gran tamaño, recuerde hacer un buen uso de la fricción y del antirretorno.
El momento de la puesta de sol es mágico, y si va acompañado de la presencia de marea alta, los efectos serán tangibles.
Se debe prestar mucha atención a la preparación de bocados sustanciales en anzuelos que no sean particularmente grandes, sino de fuerza probada.
Por lo tanto, utilizaremos cebos voluminosos, particularmente ricos en aminoácidos y perfumes como el gusano americano y el gusano bibi.
Durante una tormenta, la lubina es la presa más buscada, pero el encuentro con los sargos también será probable. El sistema de pesca debe adaptarse a la fuerza del mar: cañas de 150-175 gr con bobinas 6000-8000 enrolladas con un diámetro de 0,35-0,40 mm serán suficientes para hacer frente a la situación.