La estación calurosa anima a muchos pescadores a probar nuevas emociones probando pescas más relajadas, especialmente para pasar unas horas en el fresco de alguna hermosa cuenca natural o lago bien poblado de peces.
No hace falta decir, sin embargo, que todo esto debe tener un objetivo: la captura de un pez hermoso. Sabemos perfectamente que el período de calor no es el mejor momento para capturar algunos peces de tamaño sostenido, demasiado inquietantes en los alrededores debido a que las temperaturas del agua en este momento son siempre altas. Debemos jugar inteligentemente y encontrar un cebo que nos permita permanecer en la pesca el mayor tiempo posible.
Retrocediendo en el tiempo, la polenta fue el cebo más utilizado para la pesca de carpas grandes, proponemos un repaso con ingredientes y aromas diferentes a los del pasado porque el mundo de la pesca evoluciona constantemente.
Seguimos paso a paso los mejores sistemas para hacer un cebo que también servirá como engodo. Obviamente, el anzuelado de la polenta también es muy popular entre otras especies de peces.
RECETA
30% Harina de pescado
20% Pellets de pescado molido o de queso
10% Harina de colza: harina con una marcada característica aceitosa
10% Aromatizante de contraste: anís o carpix polenta, fruttix, scopex
10% Puré rojo o Robin Red diluido al menos en un 70% con pan molido o belga
10% Copos de patata: para hacer la masa más blanda
10% Harina de maíz precocida (la polenta de cocción instantánea también está bien)
Vamos a ver cómo hacer la mezcla más sofisticada para hacerla aún más adecuada para los peces más grandes. Todas las variaciones que vamos a enumerar tienen la característica de aumentar el contenido olfativo y nutricional de nuestro cebo.
Esto también tendrá el efecto de disuadir el interés de los especímenes pequeños que, como es bien sabido, no les gustan los preparados demasiado cargados.
Manteniendo la composición de la polenta resumida como una referencia fija, comenzaremos con las variantes más caseras y tradicionales, para luego pasar a ingredientes más refinados.
QUESO
La adición de queso a la polenta es sin duda una de las formas más antiguas de seleccionar el tamaño del pescado y darle al cebo un sabor aún más intenso. Cualquier queso Grana rallado funciona bien, combinado con un 10-15% de la harina seca total.
El máximo, sin embargo, se obtiene disolviendo en agua tibia un trozo de gorgonzola, mejor si se sazona, que tiene su característico olor acre. El gorgonzola también tiene una corteza muy buena.
A continuación, utilizaremos el agua donde se ha diluido el queso para humedecer la polenta.
AROMAS
Su uso se ha convertido prácticamente en una constante para aquellos que buscan peces de tamaño, basta pensar en la miríada de productos creados para la pesca de la carpa. Simplemente disolverlos en el agua humectante, en la dosis máxima de una cucharadita por cada 500 g de polenta.
Veamos una breve lista de los aromas que han dado buenos resultados: Queso, Pimienta, Camarones, Hígado.
Para lagos muy grandes, que tienen una baja concentración de especímenes, también puede probar una esencia con una fragancia muy fuerte como el salmón ahumado. Por último, un gran clásico que, aunque no lo parezca, tiene un excelente rendimiento añadido a la polenta salada. Sabor: Fresa.
ROBIN RED
La inclusión de este ingrediente ya se ha sugerido como una alternativa de alta calidad a las pastas rojas. Para socavar los peces grandes, su uso se convierte en una constante. Específicamente, también puede aumentar su concentración hasta que pueda diluirla con un mínimo de 30-40% de pan molido o belga.
AMINOÁCIDOS
La alta calidad es importante para todos los ingredientes y es especialmente decisiva para estos productos. De hecho, hay muchas formas y envases diferentes, pero el consejo es elegirlos individualmente y en forma sólida (pequeños gránulos).
Los aminoácidos con este estado físico tienen mucho miedo a la humedad, pero en forma líquida pueden disolverse en sustancias que atenúan su efectividad. También deben evitarse los sobres que contengan las palabras genéricas "aminoácidos".
De todos los mejores, Betaine y Proline demostraron ser los mejores. Basta diluirlas en el agua de la polenta y si su calidad es excelente, no es necesario superar el 2% del total de nuestra mezcla.
Con excepción de Robin Red, las variantes enumeradas anteriormente deben considerarse individualmente. Puede resultar improductivo añadir más soluciones.
LA CONSISTENCIA DE LA POLENTA
Dada la composición del cebo y de la presa que intentaremos capturar, la polenta debe estar bien atada y no tan blanda como sea posible, como se recomienda para socavar a los peces de tamaño pequeño a mediano.
Una cucharada de maicena, por ejemplo, añadida a nuestra mezcla, resulta ser un buen aglutinante adicional. De hecho, necesitamos nuestra masa para poder resistir mucho tiempo en el anzuelo, tanto para esperar la llegada de un pez grande, como para que el cebo no se dañe por los pequeños sabores del minuto intrigado.
Además, nuestro anzuelado debe poder salir ileso de los ligeros toques preliminares que puede hacer una carpa vieja y astuta, en un intento de inducirnos a la "suavidad", o a una ferrata al vacío. En la práctica, será necesario que las características de consistencia de nuestra polenta se orienten hacia las de los cebos para la pesca de la carpa.
Evidentemente, alcanzar la dureza de un boilie sería imposible y, además, contraproducente, no tanto en presencia de carpas grandes, sino hacia los esturiones que, acostumbrados a alimentarse enraizándose en el fondo, son siempre atraídos por anzuelados con un mínimo de pastosidad. En esta coyuntura, sin embargo, no tendremos que preocuparnos demasiado por la mala palatabilidad de la polenta debido a su compacidad.
Para peces de un tamaño determinado no será un problema hacer una sola mordida incluso de una bola de masa sólida y de buen tamaño.
UNA MIRADA AL EQUIPO Y A LA TÉCNICA
Olvidemos en primer lugar la gran precisión que se utiliza cuando se pesca con polenta muy tierna. Es imprescindible "anestesiar" la sensibilidad del flotador, reduciendo el contacto directo con el cebo. Sin nunca apoyarse en los plomos, será bueno extender de 10 a 50 cm de terminal en la parte inferior. Esto es para prevenir la transmisión a nuestro reportero de todas esas acciones perturbadoras que, como ya se ha mencionado, pueden llevar a cabo peces grandes y pequeños.
En lo que se refiere al flotador, el tipo de hilo interno y de larga deriva está bien. El consejo es que no suba con su alcance más allá de 3g. Si desea más estabilidad, puede optar por la varilla de plástico de 4,5 mm en lugar de la varilla de plástico de 3 mm.
Es lógico que el equipo también se adapte a la fuerza de nuestra presa. Dada la no excesiva velocidad de ferrata requerida, como alternativa a las siempre excelentes 5 m boloñesas podemos preferir una 4 m o 4,5 m de fuerza probada, lo que ha de entenderse, una potencia de lanzamiento de al menos 30 g.
Un buen compromiso también desde el punto de vista económico, lo podemos encontrar en una caña telescópica inglesa. Estas herramientas son extremadamente duraderas debido a su pequeño tamaño y tienen una acción parabólica o semiparabólica que es la mejor para ayudarnos a manejar las poderosas fugas de un pez de gran tamaño.
El tipo de polenta, que es muy apretada, también asegurará que el anzuelado se mantenga en su lugar durante la acción de lanzamiento y permitirá evitar el uso del resorte en el anzuelo. El anzuelo tiene que ser proporcional a las fuerzas implicadas, que se elija entre los de hilo medio-grande, curva redonda y punta retráctil, como el Gamakatsu 12209 o similar, con una extensión no inferior a 4 y siempre directamente ligado a la línea madre, que a su vez no debe tener un diámetro inferior a 0,22.
Por último, poco se puede decir del carrete, que como cualquier otra técnica, nos beneficiará si está equipado con un excelente embrague y una disposición igualmente válida de los giros del monofilamento en el interior de la bobina.