El Surfcasting en sus diversas facetas es el foco de la sesión de pesca que viviremos juntos hoy, porque como sabemos esta técnica no sólo es muy variada en cuanto a presas y equipamiento sino también en cuanto a sistema, que en este caso son ultra ligeros para la pesca a flote.
El tiempo elegido por los expertos del equipo Trabucco es bastante inusual para esta técnica, siendo las horas centrales del día. Sin embargo, su objetivo son los peces que comen separados del fondo, como palometas, agujas y algunos esparidos.
Los dos protagonistas nos muestran inmediatamente cuál es la estrella del día, que es una caña de ledgering muy ligera de la marca Trabucco: la Cephalonia, en la medida de 4,60 metros. Esta caña, fabricado en carbono CX2, tiene la característica de ser muy rápido en respuesta al lanzamiento, gracias a su insuperable ligereza y al mismo tiempo potencia.
Poco después de presentarlo, de hecho, el primer pez cede a la voluntad de la caña, es capturado y llevado a la orilla y mostrado a la cámara. Se trata de una palometa de buen tamaño, de bello color, que se rindió tras una lucha encarnizada, obligando a la caña a doblarse significativamente, como señalaron los dos expertos.
Después de una segunda captura, esta vez más discreta, el equipo explica qué tipo de equipo está utilizando para esta captura. Los anzuelos, en este caso, son el punto focal. Se trata de los F31, anzuelos en carbono y metal muy ligeros, con un tallo de forma particular, ya que su punta es una garra de águila que permite desenganchar muy bajo. El micro ojal, además, es otra característica que en la técnica de surfcasting ligero hace la diferencia.
En cuanto al carrete, sin embargo, el que se pone a pescar es el Sharp en la medida 4000. Una herramienta con una bobina particularmente elegante, que distingue a quien la elige por su cautivadora personalidad. Este carrete está equipado con una precisión absoluta que también ayuda a reducir las oscilaciones y un cuerpo metálico que lo convierte en una verdadera joya de la marca Trabucco.
El paso de las horas lleva a nuestros protagonistas a tomar la decisión de trasladarse a otra playa cercana para intentar capturar algunos peces quizás más profundos y cambiar ligeramente la estructura de la pesca sustituyendo el cebo del coreano, que ha dado sus frutos en la primera parte del día, por el anzuelado del bibi, ya que podría resistir más en el anzuelo. En este caso, el sistema de pesca incluye dos y tres brazolas de 50 o 60 centímetros de longitud, diferentes de los utilizados en la playa anterior.
La sesión de pesca pronto se convierte en una pesca a flote sobre la posidonia, el verdadero pulmón verde del mar, que no duda en regalar a nuestros protagonistas pequeños sargos y raspallones.
A pesar de las mayores expectativas para este segundo punto hacia peces más grandes e incluso posibles doradas, los dos protagonistas disfrutan capturando y liberando muchos pequeños espáridos que son liberados inmediatamente y que les ayudan a probar un equipo cada vez más potente para la práctica del surfcasting ligero.